Arroz meloso de atún rojo, calamares y gambones

Hoy te propongo un buen arroz meloso de atún rojo, calamares y gambones para hacer las delicias de tu familia y amigos. Esta receta en particular es bastante elaborada en términos de ingredientes y pasos, y esto la convierte en la elección ideal para realizarla en compañía y, al mismo tiempo, ejercitar nuestras habilidades de comunicación asertiva.

Recuerda que la asertividad no solo se trata de expresar nuestras opiniones de manera clara, sino también de escuchar activamente, colaborar y resolver desafíos juntos. Así que ¡manos a la obra!

Cómo preparar el arroz meloso de atún rojo, calamares y gambones

 

Ingredientes:

Para el caldo de pescado:

  • Las cabezas de 1/2 kg de gambones o gambas
  • 1/2 vaso de vino blanco
  • 1/2 cebolla
  • 1/2 puerro
  • 1 hoja de laurel
  • 1 cucharadita de sal
  • 1/2 cucaradita de pimienta
  • 2 cucharadas de aceite

Para el arroz:

  • 150 gr de atún rojo
  • 250 gr de anillas de calamar
  • 500 gr de gambones
  • 1 pimiento asado del piquillo o un pimiento morrón.
  • 1 cebolla
  • 2 dientes de ajo
  • 200 gr de tomate natural triturado o rallado
  • Una cucharada de pimentón
  •  Sal y pimienta al gusto
  •  3 cucharadas de aceite
  •  4 tacitas de café de arroz
  •  16 tacitas* de caldo de pescado

Elaboración:

1. Creando una base de comunicación

Primero, asegurémonos de tener todos los ingredientes y utensilios a la mano. Trabajar en equipo es clave: uno puede leer la lista de lo que hay que tener y el otro ir revisando que esté todo ordenado para empezar.

2. Delegación asertiva

Vamos a asignar tareas de manera asertiva. ¿Quién se siente más cómodo picando la cebolla y el ajo? ¿Y quién quiere encargarse de limpiar las gambas con destreza? Recuerda expresar tus preferencias de manera amable pero firme.

3. Colaboración armoniosa

En primer lugar hacemos el caldo de pescado. Se calienta el aceite y se rehogan las cabezas de los gambones. Se añaden la cebolla, el puerro y el laurel y se dan unas vueltas.

A continuación se incorpora el vino blanco y se deja que se reduzca. Se le añade el agua, la sal y la pimienta y se deja a presión 15 minutos (si no tenéis olla a presión, se deja cocer, añadiendo agua de vez en cuando, durante unos 35 minutos. Se cuela y se reserva.

Mientras el caldo de pescado se cocina, se puede aprovechar para compartir ideas sobre la receta y cómo podemos mejorarla. Recuerda, la asertividad implica escuchar con atención y expresar tus opiniones de manera respetuosa.

4. Comunicación clara y directa

Llegó el momento de la acción: empezamos a preparar el arroz. Se pican finamente la cebolla y el ajo. Se pelan y limpian las gambas. Se pone a calentar el aceite y, mientras rehogamos la cebolla y el ajo. Se le añade el tomate y se rehoga un poco más. A continuación se echa el arroz y se le da una vueltas, mezclándolo bien. Se añade el pimentón. Puede ser un buen momento para practicar la comunicación directa, por ejemplo: “creo que sería genial añadir un toque extra de pimienta para realzar el sabor. ¿Qué opinas?»

5. Expresando necesidades

Entonces se le incorpora el caldo de pescado (4 tazas de caldo por cada taza de arroz. Si ves que se queda muy seco, al final se puede añadir algo más de caldo caliente). Cuando ya está casi tierno el arroz (a falta de 4 o 5 minutos), se le echan el atún en trozos, las anillas de calamar y las gambas. Cuando llegue el momento de agregar el caldo al arroz, si sientes que necesita más líquido, no dudes en decirlo: «Creo que podríamos añadir un poco más de caldo para lograr la textura perfecta. ¿Te parece bien?»

Finalmente, se añade el pimiento rojo troceado y se mezcla bien. Se rectifica de sal y se deja reposar 5 o 10 minutos.

6. Aceptando opiniones y colaborando

Al mezclar los ingredientes principales, mantengamos un diálogo abierto. Si alguien sugiere un cambio, recuerda que la asertividad implica aceptar opiniones y trabajar juntos para encontrar la mejor solución.

7. Celebrando el Éxito

¡Lo logramos! Hemos cocinado un arroz meloso increíble mientras practicamos la asertividad. Ahora, mientras disfrutamos de nuestra creación, podemos compartir lo que aprendimos. ¿Cómo nos sentimos al expresar nuestras opiniones de manera asertiva? ¿Qué desafíos hemos superado?

Como ves, la cocina no solo es una forma golosa de nutrir nuestro cuerpo, sino también una oportunidad para cuidar de nuestras emociones. Si encuentras esta perspectiva interesante y deseas participar en más actividades culinarias con un enfoque terapéutico, te invito a explorar mis talleres de cocina terapéutica.

Espero que disfrutes de cada bocado y de cada momento de aprendizaje con este plato tan delicioso.

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