Ansiedad por comer: 3 claves para afrontarla

Convivir con el estrés puede derivar en una elección incorrecta de los alimentos o, peor aún, en atracones repentinos de comida. La incapacidad para poner freno a la ansiedad por comer, y para elegir nuestros alimentos con conciencia es uno de los problemas más habituales en el presente. Al fin y al cabo, el chocolate, las bebidas azucaradas y la comida rápida están al alcance de cualquiera.  En Emoción en Ebullición te explico cómo poner fin a esta dinámica.

¿Qué es el hambre emocional o la ansiedad por comer?

A menudo, sentir ansiedad evidencia una necesidad de volver la mirada hacia tu interior y tus carencias. Es decir, la ansiedad por comer es un toque de atención de tu propio cuerpo y mente para escuchar sus necesidades. Sin embargo, la perspectiva de nuestra sociedad es «luchar» contra estas llamadas de auxilio, haciéndonos creer que la herramienta para combatir la ansiedad por la comida es el control. Pero, ¿por cuánto tiempo surte efecto esta estrategia? Un gran porcentaje de personas está cansado de hacer dietas una y otra vez sin alcanzar sus objetivos. Con frecuencia, la falta de fuerza de voluntad y la pereza son las razones que se atribuyen a este fracaso.  Sin embargo, ¿qué piensas si te digo que el picoteo compulsivo y la incapacidad para avanzar pueden deberse a necesidades personales de las que debes responsabilizarte Te propongo un enfoque más profundo y efectivo a largo plazo: en lugar de controlar todo lo que comes, escucha tus señales internas y nutrelas a nivel emocional.  ansiedad por comer

¿Qué hay detrás de la ansiedad por la comida?

La ansiedad por comer es la forma que tiene el organismo para indicarte la necesidad de recuperar su equilibrio. Por esta razón, la solución para dar respuesta al hambre emocional será mirar hacia dentro.

Altos niveles de estrés

Si bien el estrés es una respuesta natural del organismo para prepararse ante una situación compleja o de peligro, lo cierto es que es uno de los mayores males del siglo XXI. Las exigencias sociales, los horarios laborales interminables y la escasez de tiempo libre para descansar y disfrutar son tan solo algunas de las razones que pueden derivar en altos niveles de estrés.  Pero, ¿Qué sucede si el estrés te acompaña día tras día? Poco a poco aumentará la hormona de cortisol en el organismo y tu mente interpretará su presencia como una señal de peligro. Es decir, comenzarás a sufrir ansiedad.

Insatisfacción con la vida

Comer por ansiedad puede ser sinónimo de sentirse vacío y no realizado. De hecho, estar estancado o perdido puede llevarte a usar la comida para sentirte satisfecho y lleno en la vida. De modo que si «eres de dulce», pregúntate si estás viviendo suficientes momentos dulces al día. Si, en cambio, «eres de salado», reflexiona sobre a cuántos retos y objetivos te enfrentas en la vida.

Mala relación con uno mismo

Cuando te hablas, ¿Qué actitud tienes? ¿Eres muy exigente contigo mismo? ¿Te cuidas y demuestras afecto? En ocasiones, una autoestima baja y excesivamente crítica se traduce en ansiedad por comer como método de distracción y evasión. De hecho, si te hablas de forma negativa con frecuencia, no es de extrañar que creas no ser suficiente y aparezca la ansiedad.

Problemas en otras relaciones

Otra razón que puede producir ansiedad por la comida es la presencia de conflictos con «los otros». Tener dificultades para expresar lo que sientes, adoptar una actitud pasiva y ser incapaz de comunicar aquello que necesitas del otro son algunas de las situaciones que pueden desencadenar un estado ansioso. A fin de cuentas, sentirás que nunca recibes lo que esperas o deseas, e interpretarás tu entorno como hostil.

3 hábitos para afrontar la ansiedad por comer

Como has podido comprobar, la ansiedad por la comida no solo es más frecuente de lo que parece, sino que, la mayoría de las veces, tiene su origen en conflictos emocionales y personales. Por ello, las estrategias y herramientas que encontrarás a continuación están enfocadas a mirar hacia tu interior.

¿Cómo luchar contra la ansiedad por comer?

1. Haz deporte

El ejercicio físico no solo reduce el estrés a través de las «hormonas de la felicidad», como la serotonina, la dopamina y la endorfina, sino que regula el apetito, favorece la relajación y mejora el estado de ánimo. Además, la actividad física también impulsa la confianza en uno mismo y aumenta la autoestima mediante la consecución de objetivos. Todos estos beneficios proporcionan una sensación de superación ideal para continuar con tus hábitos saludables.

2. Respira de forma consciente antes de comer

A lo largo del día, la mente se abarrota de los «debo» y «tengo», imperativos que no hacen sino generar tensión en el cuerpo. Por tanto, antes de comer, adopta una postura cómoda, inspira y espira.  Luego, toma conciencia de las sensaciones de tu cuerpo, de tus pensamientos y de tus emociones. ¿Tienes los hombros encogidos? ¿Sientes un nudo en el estómago? Para no comer por ansiedad, bastará con que escuches y valides lo que sientes, te tomes un momento de descanso y regreses a la mesa con mayor tranquilidad.

3. Escribe y reflexiona

Por último, hazte con un bloc de notas o un diario y escribe lo que sientes. Lejos de ser una práctica adolescente, escribir y reflexionar supone un acto de responsabilidad, ya que te pone cara a cara con tus acciones y decisiones. Además, en relación con la ansiedad por comer, puedes escribir sobre aquello que has comido y sobre lo que necesitabas a nivel emocional en ese momento. Tendrás la oportunidad de conocerte y de tomar conciencia de tus puntos de fuerza y de debilidad. Ser consciente de los motivos emocionales que producen tu ansiedad por comer es el primer paso para poner fin al problema. No obstante, si el camino se te hace cuesta arriba, es recomendable pedir ayuda profesional. Junto a la compañía de un psicólogo especializado en ansiedad por la comida no solo aprenderás a conectar con tu cuerpo, sino a utilizar tus sentimientos como guía. En Emoción en Ebullición puedo ayudarte a ser más consciente de tu estado emocional a través de la terapia culinaria. Cocinar, de hecho, es otro estupendo ejercicio para aprender a gestionar nuestras emociones y a desconectar del estrés, pero todo esto te lo cuento en mis talleres de cocina emocional y sesiones de consultoría, ¡pásate a ver mis programas y pregúntame lo que quieras!  
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